Iberdrola blinda toda su producción frente a los bandazos regulatorios

La guerra de Rusia contra Ucrania ha provocado un cambio histórico en la forma que tienen las empresas de contratar el suministro de luz. Antes, el precio del megavatio contratado era el que fijaba el mercado mayorista diario, o pool.

Con el conflicto bélico, se dispararon los precios del gas y con ellos se creó una gran volatilidad en torno a la electricidad porque gran parte de la luz (sobre todo cuando las renovables no están activas por falta de viento o de sol) se produce en centrales que queman esa materia prima. De precios pool estables durante años que se movían entre los 40 y 50 euros por megavatio, se ha pasado a precios que en España han llegado a rebasar los 500 euros. Para protegerse de esa oscilación, las empresas están firmando masivamente contratos para varios años a precios fijos. Son los denominados PPA (Power Purchase Agreement, por su tecnicismo en inglés). Son contratos de suministro con grandes empresas para largos periodos, que van desde los 5 a los 12 años. Son los denominados

La mayor energética española vende por primera vez el 100% de su electricidad antes de producirla vía mega acuerdos comerciales.

Iberdrola, la primera eléctrica española por número de clientes y la primera energética del país por valor bursátil, ha logrado el récord de vender el 100% de su electricidad antes de producirla. Así se desprende de algunas presentaciones a analistas financieros realizados recientemente.

En concreto, Iberdrola ha pre-vendido toda su producción de 2023, es decir, el 100%, y ya tiene asegurados clientes para el 77% de la producción de 2024. Son cifras especialmente altas.

Este tipo de porcentajes son muy relevantes de cara a los inversores porque en la práctica garantizan el negocio de la compañía. En el contexto actual de cambios normativos cobran aún más importancia. La pre comercialización de toda la producción es una forma de blindar los ingresos de Iberdrola de los recortes que quiere introducir el Gobierno con la reforma del mercado eléctrico.

Iberdrola está incrementando notablemente el volumen de energía comercializada de antemano. Lo habitual hace unos meses eran cifras del 90% de comercialización para el año en curso y no más del 70% para el siguiente.

Y lo está consiguiendo gracias a la firma de contratos de suministro con grandes empresas para largos periodos, que van desde los 5 a los 12 años. Son los denominados PPA (Power Purchase Agreement, por su tecnicismo en inglés). Puede haber otras fórmulas más sofisticadas, como los Contratos por Diferencias (Contracts for Difference, o CfDs). En general, esos contratos tienen precios fijos, de manera que quedarían al margen de posibles topes impuestos por el Gobierno a nucleares, hidráulicas o renovables.

Recortes

Desde que el Gobierno en España lanzó la idea de reformar el mercado eléctrico, con nuevos recortes a los ingresos extra que pudieran estar obteniendo las compañías por la escalada de precios, es habitual que las empresas ofrezcan el dato de en qué medida su producción está pre-vendida y, por lo tanto, fuera del radar de los recortes. El Gobierno quiere fijar precios regulados para la nuclear, la hidráulica y las renovables bajo el argumento de que son inframarginales.

‘Windfall profits’

Es decir, tienen costes muy por debajo de los de otras tecnologías, y se estarían beneficiando de una ganancia extra o beneficio caído del cielo. Son los famosos windfall profits, auténtica cruzada de este Gobierno.

El Gobierno quiere hacer que las renovables acudan a subastas para ofrecer luz barata. Así lo ha planteado en su propuesta de reforma ante la Unión Europea.

Bruselas ha planteado unas líneas generales de reforma, que aún tienen que aprobarse, pero podría dejar amplio margen a los Gobiernos de cada país para decidir sobre esa reforma.

Iberdrola ya tiene colocados a precio fijo hasta 116 teravatios hora (TWh) de generación eléctrica al año, cifra que ha presentado como un éxito ante la comunidad inversora.

Casi la mitad ha sido para grandes empresas del sector industrial y de servicios, en una carrera comercial que le ha llevado a sellar en los últimos meses acuerdos con todo tipo de compañías.

Destacan los de Mercedes-Benz, Amazon y Meta, este año, o los de Telefónica, Mercadona, Vodafone, Holcim, Heineken, ABInBev y Renault, que aunque son anteriores, al ser a largo plazo siguen vigentes durante este ejercicio y siguientes.

Algunos son exclusivos para España y otros para un ámbito más amplio. El de Amazon, por ejemplo, firmado hace unas semanas, proporcionará en el ámbito europeo a Amazon 1,1 TWh de energía limpia al año, lo que equivale a las necesidades anuales de electricidad de más de 314.000 hogares.

Apenas un día después del anuncio del acuerdo con Amazon, Iberdrola selló otra alianza con Mercedes-Benz. En el caso de Telefónica, el PPA de Iberdrola es paralelo al de otras energéticas y se remonta a 2022, pero cubre diez años. Un tercio de la producción de Iberdrola está pre-vendida a pequeñas y medianas empresas con una duración media de algo más de tres años.

La guerra lo cambió todo

Los contratos de más larga duración son a quince años y suelen ser para atender el mercado regulado. Es aquí donde las eléctricas venden su producción a sus propias comercializadoras u otras compañías eléctricas. El mercado de PPA ha cambiado totalmente a raíz de la guerra de Rusia contra Ucrania. Este conflicto disparó los precios del gas y la luz, e hizo que los grandes consumidores de luz se lanzaran a firmar PPA para asegurarse suministros a precio estable. De ser un mercado donde había exceso de oferta de PPA, ahora hay exceso de demanda.

¿A QUÉ PRECIO ESTARÁ LA LUZ EN EL FUTURO?

La guerra de Rusia contra Ucrania ha provocado un cambio histórico en la forma que tienen las empresas de contratar el suministro de luz. Antes lo más habitual era contratar un suministro vinculado a lo que técnicamente se denomina mercado spot. Es decir, el precio del megavatio contratado era el que fijaba el mercado mayorista diario, o pool. Con el conflicto bélico, se dispararon los precios del gas y con ellos se creó una gran volatilidad en torno a la electricidad porque gran parte de la luz (sobre todo cuando las renovables no están activas por falta de viento o de sol) se produce en centrales que queman esa materia prima. De precios pool estables durante años que se movían entre los 40 y 50 euros por megavatio, se ha pasado a precios que en España han llegado a rebasar los 500 euros. Para protegerse de esa oscilación, las empresas están firmando masivamente contratos para varios años a precios fijos. Son los denominados PPA. Aunque pueda haber momentos en los que con un PPA el cliente pague por la luz más que si la comprara en el pool, sabe que no tendrá sustos si la electricidad se dispara. Ese riesgo pasa a la compañía eléctrica, que a su vez contrata sus propias coberturas. Lo importante siempre es afinar en el precio del PPA pero para eso hay que contestar a la pregunta del millón: a qué precio estará la luz en el futuro. Los contratos a futuro apuntan a que al menos hasta 2030 el megavatio no volverá a menos de 50 euros, el nivel preguerra.

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