10 Feb Los grandes bancos empezarán a remunerar los depósitos en verano
CaixaBank, Santander y BBVA reconocen que en el conjunto del año el coste del pasivo se les va a encarecer porque acabarán ofreciendo depósitos a plazo remunerados.
Los responsables de los grandes bancos se han mostrado reticentes a que las entidades empiecen a remunerar el pasivo de forma acorde a la subida de los tipos de interés, pero todos ellos contemplan en sus presupuestos para este año que acabarán haciéndolo. Lo que ocurre es que quieren retrasarlo al máximo (saben que es inevitable), aunque lo harán en la segunda mitad del ejercicio. El retraso no hace sino deteriorar un poco más la reputación del sector.
La subida de los tipos de interés, que en el caso del negocio en España no ha acabado todavía de reflejarse completamente en las cuentas de los bancos, ha traído consigo un encarecimiento automático de los créditos a tipos variables y una subida generalizada de las nuevas operaciones a tipo fijo.
Pero, en contra de lo que cabría esperar, esta situación no se ha trasladado todavía, salvo para los clientes institucionales y empresas a las que antes se les cobraba por sus depósitos, al cliente particular ni a las pymes, que siguen sin ver que sus ahorros reciban una cierta remuneración.
Una cosa diferente son las ofertas comerciales que varios bancos hacen para conseguir que se domicilien las nóminas, ya que se trata de pagos temporales y para una cantidad de dinero pequeña.
Elevada liquidez
Los bancos mantienen una elevada liquidez, a pesar de haber devuelto una parte muy importante de los recursos que el Banco Central Europeo les prestó en los peores momentos de la pandemia, y en los últimos años han equilibrado la relación entre recursos de clientes e inversión crediticia, lo que les permite no tener que competir en exceso por captar fondos con los que apalancar sus inversiones.
Además, no esperan este año un fuerte crecimiento de la demanda de crédito solvente, por la desaceleración de la actividad y la subida de los tipos de interés.
La presión de los particulares por conseguir que las entidades vuelvan a pagar algo por contratar depósitos a plazo, ha llevado a los responsables de los bancos a decir durante la presentación de los resultados anuales que «es más interesante» para los clientes contratar fondos de inversión basados en deuda pública que ofrecen unas rentabilidades en el entorno del 2%, en lugar de dejar sus ahorros en una entidad.
A pesar de estas declaraciones, lo cierto es que CaixaBank, Santander y BBVA reconocen en sus presupuestos para el conjunto del año que el coste del pasivo se les va a encarecer porque acabarán ofreciendo depósitos a plazo remunerados para sus clientes.
«Lo que ocurre», señalan en fuentes del sector, «es que los bancos están arrastrando los pies todo lo que pueden», aun sabiendo que la vuelta a la normalidad, de la que por ahora solo hablan en lo que se refiere al activo, es inevitable. La presidenta de Santander, Ana Botín, ha sido la única que lo ha verbalizado, al reconocer que «por supuesto en algún momento se va a remunerar el ahorro», pero sin poner un plazo para hacerlo.
Lo que parece que no tienen en cuenta ni Botín ni el resto de los responsables de los bancos es el daño reputacional, una vez más, que la decisión de retrasar todo lo posible esta medida vuelve a provocar sobre un sector que no anda sobrado de buena imagen.
En unos momentos en los que los beneficios declarados han recuperado la senda ascendente hasta situarse en máximos en varios de los grandes bancos, y cuando los clientes ven cómo se les encarece la financiación hasta un punto de que puede que muchos de ellos desistan de endeudarse y otros pasen dificultades para poder hacer frente a sus obligaciones, que las entidades no empiecen ya a hacer algo que saben que tendrán que hacer no es la mejor manera de ganar reputación.
CREDIT SUISSE, DEUTSCHE, BNP, JPMORGAN Y CITI ENTRAN EN LA GUERRA DEL PASIVO
Las filiales de banca privada de grandes entidades suizas, como Credit Suisse o Safra Sarasin; francesas, como BNP Paribas; alemanas como Deutsche Bank; o estadounidenses, como JPMorgan o Citi, entre otras, se adelantan a la banca privada española y han comenzado a animarse a trasladar parte de la fuerte subida de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE)a los productos más tradicionales de ahorro. Por lo general, han empezado a pagar a sus clientes de altos patrimonios porcentajes por encima del 2% anuales por sus depósitos. Los más generosos se mueven ligeramente por encima del 2,5%.
Estas entidades han abierto una guerra comercial en España para aumentar las posiciones de sus clientes a costa de sus competidores más directos. En banca privada es más fácil competir por estos saldos porque la operativa es más sencilla, ya que los clientes trabajan con varios bancos.
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